¿Altavoces activo o pasivo?

La distinción entre altavoces activos y pasivos es uno de esos temas inevitables al adentrarse en el mundo del audio y la alta fidelidad. Por eso es tan importante aclarar esta cuestión fundamental.

En general, es importante saber que un sistema de audio siempre consta de varios componentes. Así, si enviamos una señal de audio desde una fuente -por ejemplo, desde un televisor-, la señal debe primero amplificarse y sólo después ser convertida en ondas sonoras por el propio altavoz. Y ésta es exactamente la diferencia entre un altavoz activo y uno pasivo.
Un altavoz pasivo asume exclusivamente la función de «transductor de sonido». Un altavoz pasivo asume exclusivamente la función de «transductor de sonido». Precisamente este paso adicional se omite cuando se utiliza un altavoz activo. Aquí ya hay integrado un amplificador, por lo que la fuente de audio se puede conectar directamente.

Rápidamente te darás cuenta de que un altavoz activo es más caro porque la tecnología es mucho más complicada y hay muchos más componentes electrónicos debido al amplificador incorporado.

Al final, es importante que cada uno encuentre el sistema adecuado para sí mismo. Muchos aficionados a la alta fidelidad y al audio prefieren los altavoces pasivos para los sistemas de cine en casa, precisamente por la posibilidad de montar un sistema de audio personal e individual. Así, cada uno puede encontrar su propio sonido y combinarlo una y otra vez.

 

Pero también en el campo de los altavoces activos hay innumerables posibilidades de llevar una experiencia sonora única a sus propias cuatro paredes.